Fröhliche Weihnachten!, Costumbres alemanas en Navidad.

Alemania es el país que, según se cuenta, vio nacer el árbol de Navidad allá por el siglo VIII y como no podía ser de otra manera, los abetos adornados conquistan plazas y hogares en todas las ciudades durante el mes de diciembre. La Navidad comienza en Alemania el 1 de diciembre, cuando hacen su aparición los omnipresentes mercadillos típicos de estas fiestas. Estos puestos de madera venden toda clase de artículos navideños, pero los más apreciados son los adornos para el árbol, las velas de artesanía y los tapetes de encaje fino. Para que a los niños se les haga más corta la espera de la Navidad, se les regala un calendario de Adviento compuesto de una serie de puertecitas. Cada día hay que abrir una de las puertas hasta llegar a la del 24 de diciembre. Detrás de ella se encuentra el Niño Jesús. La noche del 5 de diciembre Santa Claus y su ayudante Knecht Ruprecht. visitan las casas para evaluar el comportamiento de los niños. A aquellos que se han portado bien durante todo el año, Santa les regala dulces, nueces y manzanas, mientras que Knecht Ruprecht se encarga de castigar a los que han sido malos. Después de la cena de Nochebuena, los niños esperan impacientes el momento de abrir sus regalos. Cuando suena la campanilla -que está colocada detrás de la puerta cerrada del salón- los más pequeños de la casa salen "disparados". Debajo del árbol se encuentran sus presentes, pero sólo podrán desempaquetarlos cuando terminen de cantar «Stille Nacht, heilige Nacht» (Noche de paz). Los alemanes despiden el año viejo brindando en honor a San Silvestre, y reciben el año nuevo con petardos y fuegos artificiales que pretenden ahuyentar a los malos espíritus. Cuenta la tradición que es costumbre dejar en el plato, hasta después de la medianoche, algunos restos de lo que se haya cenado, como una forma de asegurarse una despensa bien surtida durante el año siguiente.